lunes, 5 de marzo de 2012

La vida en la red

Tanta tecnología a nuestro alcance para expresarnos tirada a la basura por las  nuevas generaciones y uno que otro mayorcito. Recuerdo que cuando apareció el correo electrónico, me desbordaba escribiéndoles a todos aquellos que apreciaba o tenía algo que platicarles. Alguno que otro me contestaba nutridamente y era bien emocionante abrir mi e-mail para leer sus opiniones y comentarios. Con el tiempo, tal vez a falta de tiempo o  de novedades, se fue perdiendo el contacto, eso entre unas cosas, por otro lado, que son las que me desmoralizaron,  fueron las respuestas de algunos que dijeron “es que escribes mucho”, “la verdad es que hablar de esto o aquello es un cuento de nunca acabar y la verdad es que estoy muy ocupado para clavarme en esas cosas” y las tristes y que se han vuelto un estereotipo en las nuevas generaciones son las respuestas cortas, vagas y solo para seguir la corriente. Cómo me chocan las respuestas que merecen más letras, resumidas a “Me gusta” o “no te enojes”, “¡ja ja ja!”.  Me cuesta trabajo creer que los jóvenes de ahora, y me refiero legalmente a los  jóvenes entre los 18 y 25 años que no se den cuenta que tienen una herramienta potencialmente valiosa para expresarse ampliamente  y que pueden cambiar el rumbo del mundo, la vida en su país, en su escuela, en su trabajo o en su casa. Sin embargo, se limitan  sólo a hacer una cronología estúpida de su vida cotidiana aburrida “Me voy a dormir”, “Buenos días”, “Estoy aburrido”, “Saquen las chelas” o la falta de identidad del re-posteo de imágenes con frases bellas, proverbios o el eterno síndrome de la felicidad aparente que solo muestra lo infelices o vacíos que están,  saturándonos de frases como “Qué feliz soy, los amo a todos…”, “Qué tengan una semana increíble, “Mi vida es rosa con chispitas de alegría”; no falta tampoco aquél que se muestra todo el tiempo como un eterno respetuoso y defensor de lo distinto, digamos un eterno defensor de las minorías, llámense tatuados, niños indefensos, mujeres golpeadas, gays, animales,  gente con alguna discapacidad, etc. Sin duda, respetable, pero tan apabullado, que pierde importancia. Yo no digo que todo esto esté mal, pero  ya nadie muestra su auténtica autonomía. Encuentro a poca gente original en este mundo de la red. Ya poca gente es fiel a sus ideas y las defiende, así como poca gente opina sin dejarse llevar por lo que la mayoría dice o cree que debe de  decir. Todavía peor,  decir o copiar frases, imágenes o videos bellos para demostrarles a los demás que tienen una calidad humana excepcional.  Se vale, ¿por qué no? Compartir las cosas buenas de la vida y reproducir el pensamiento de los demás, incluso se siente bonito decir cosas bonitas, aunque no siempre comprendamos el origen de fondo, total uno de los rasgos característicos de los humanos es ser hipócritas,  una distinción que nos hace la vida más fácil y llevadera. ¿Se imaginan a todo el mundo diciendo lo que realmente siente? Pues no, ya nos hubiéramos matado unos a otros. Si de por sí, no falta que uno se salga de la línea de lo que se acostumbra decir en las redes sociales para que lo quieran quemar vivo o lo colmen de adjetivos de intolerante, amargado, grosero o irreverente… bueno.
Sí, en este post hablo en particular de las redes sociales, sitios en donde la gran mayoría de los seres humanos estamos inmersos y en donde ya tengo varios años participando o entrándole al juego;  por supuesto que me divierto, ya forman parte de mi vida diaria, pero me sorprende mucho leer lo poco propositivos u originales que nos hemos vuelto, lo que escribo líneas arriba, no me dice nada, son solo reproducciones en masa de un mundo ficticio, hipócrita y egoísta, carente de compromisos reales y convicciones por un futuro y presente mejor. A mí no me dicen nada la cantidad de imágenes bellas, las citas de proverbios y buenos deseos, ni me conmueven casi ninguna de las fotos indignantes para crear conciencia si al momento en que uno les hace caso y las toma para manifestarse a favor o en contra o dar sus puntos de vista, nadie dice nada o terminan aislándote en la fila de los intolerantes, insensibles o  irreverentes. No entiendo la forma en que ahora ven el mundo muchas personas ¿les interesa el lugar en dónde viven y en la posición en qué se encuentran? A simple vista parece que sí, pero en la práctica, veo un desinterés por todo lo que acontece en el planeta. No bastan solo los buenos pensamientos, hay que hacer algo más. Me dirán que ya estoy vieja, porque hasta en eso, en estos tiempos los que se atreven a ser más reflexivos y escribir más de tres líneas es,  o porque ya están viejos o no tienen otra cosa que hacer. Sin embargo cuando yo tenía 18 años, los jóvenes estábamos más comprometidos con todo lo que acontecía a nuestro alrededor, sin duda soñábamos mucho, pero muchos de nuestros sueños no quedaron en el intento. Ahora todos sueñan con un mundo mejor, pero nadie hace nada. Todos nos deseamos un bonito día, todos nos damos “toques”, todos deseamos feliz cumpleaños a tiempo;  todos repudiamos a los que discriminan,  a los que maltratan, a los que nos roban, a los que matan, a los que violan niños y mujeres, a los que golpean animales; todos odiamos a los políticos; todos somos ecologistas, hacemos meditación, ayudamos a localizar a un extraviado, a donar un peso a favor de los niños con cáncer, firmamos para que se modifiquen las leyes o se promuevan unas nuevas; todos colaboramos a denunciar a un estafador o a un wey que despelucó a once gatos; todos nos mofamos de un candidato que es un inculto que no sabe los títulos de los libros que ha leído (como si nosotros fuéramos bien cultos); todos somos poetas; todos leemos, todos tenemos los mejores deseos para todos en este mundo. Pero todos, sólo lo hacemos  de manera virtual. En la práctica, veo muy poca acción.  En la práctica nadie se preocupa por ver lo que proponen los candidatos a la presidencia del país, ni quiénes son, menos los que van para diputados o senadores, es más no saben ni que es eso,  ni para qué sirven, sólo saben que la política apesta y que todos son lo mismo,  o lo típico “todos roban”; en la práctica nadie mueve un dedo por exigir al gobierno que cambie su estrategia al combate de la violencia que tiene invadida al país, sólo se quejan y el que se manifieste públicamente es un pendejo que no tiene nada que hacer; en la práctica ¿quién diablos ha salido a pegar fotos de la hija extraviada del conocido,  porque “algún día le puede suceder a él”?, en la práctica ¿cuántos respetan a las mujeres y a su santa madrecita?, ¿cuántos acuden a la invitación de un evento importante publicado en la red?, ¿cuántos de verdad leen y les importa si el posible futuro presidente del país es un pendejo? Total que es algo en lo que he estado pensando últimamente, no quiero decir que yo no encajo en ninguno de estos puntos, yo también colaboro, en parte escribo esto para mover conciencias, sin embargo no es mi intención primordial, si a alguien le sirve, qué bueno, pero solo lo escribo, porque últimamente me he sentido decepcionada de lo que alguna vez me entusiasmó al tener a mi disposición un lugar en la red en donde escribir. Y lo que encuentro ahora cada día que abro un face o un twitter es más de lo mismo, sólo me entero de uno que otro chisme de los conocidos y de las noticias, pero nada más. Estoy a favor de que la gente haga y se exprese como quiera, y yo, hoy quise escribir de mi estado de ánimo y de la manera en que veo las cosas.